La importancia de la semilla.

Jueves, Febrero 22, 2018

Históricamente la industria semillera se ha enfocado en ofrecer soluciones al agricultor y en este proceso ha perdido de vista lo que busca o demanda el consumidor final. Las tendencias del consumo están cambiando constantemente y son las que deben marcar las estrategias de desarrollo y producción para ofrecer productos que ofrezcan mayor valor al agricultor y al mercado.

 

Ahora para incrementar el consumo es necesario ofrecer una buena propuesta de valor que se traduzca en soluciones integrales. El objetivo debe consistir en la adaptación del producto a las necesidades del mercado con el objetivo de ofrecer variedades que representen mayor rentabilidad, mejores ingresos para el productor y una producción sustentable.

 

El crecimiento y desarrollo de la agricultura está asociado con el avance de la ciencia y tecnología, en especial en materia de semillas y variedades de hortalizas, ya que éstas son el vehículo de innovación que permiten incrementar la productividad y rentabilidad de los cultivos, al incorporar resistencia a plagas, enfermedades y condiciones adversas, reducir los costos de producción, mejorar los rendimientos y la calidad, y satisfacer la demanda.

 

Para hacer frente a los retos que demanda la productividad y la producción sustentable, es necesario contar con herramientas de extensionismo, a fin de mejorar la calidad y oportunidad en la aplicación de los insumos, la adopción de mejores semillas, y facilitar el acceso a financiamiento, seguros y una adecuada comercialización.

 

El agricultor demanda semillas de calidad, de variedades que se adapten a su región y que cumplan con sus expectativas, y poder tener acceso a ellas a precios justos. Pero se necesita promover la vinculación entre las instituciones generadoras de investigación e innovación, el sector productivo y los agricultores, para reducir plazos, costos, y facilitar el acceso de los agricultores a nuevas y mejor tecnología de semillas.

 

Las funciones de investigación, producción, distribución y comercialización de semillas, principalmente de maíz de materiales de los centros de investigación, son llevadas a cabo por asociaciones de agricultores, pequeñas y medianas empresas, que no siempre cuentan con una supervisión ni certificación oficial de sus procesos de producción, dejando abierta la posibilidad de producir semilla con baja calidad y sin garantía para el agricultor. Por ello, la importancia de realizar tareas de fomento y divulgación sobre los beneficios del uso de semillas de calidad con niveles adecuados de garantía técnica y jurídica.

 

Asimismo, los agricultores necesitan contar con información confiable y oportuna sobre la disponibilidad de semillas y las variedades que se adaptan a cada región.



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